Aunque suene raro, parte de las habilidades clave que caracterizan a un buen psicoterapeuta no están entro del proceso de psicoterapia. Al menos, no técnicamente. Por ejemplo, de nada sirve ser el mejor profesional del sector si la inmensa mayoría de los pacientes solo asisten a la primera sesión para evaluar el problema, antes de que empiece la terapia propiamente dicha. Detalles aparentemente menores como el simple hecho de saber cómo presentarte a un nuevo paciente en psicoterapia marcan la diferencia para fidelizar a los pacientes y hacer que se sientan motivados.
Por eso, en este artículo te daremos los consejos más importantes a tener en cuenta al establecer es primera toma de contacto con alguien que llega a la consulta buscando asistencia psicoterapéutica. Las claves para dar una buena primera impresión, dar visibilidad al valor diferencial de tu marca, y sacar partido a tus puntos fuertes como profesional.
La importancia de saber presentarte como profesional de la psicología
En el mundo de la psicología, ocurre un fenómeno paradójico. Muchos de quienes han pasado años formándose acerca de cómo las emociones se imponen a la racionalidad, caen en el error de creer que sus clientes se comportan de manera 100% racional a la hora de valorar su servicio.
Por ejemplo, creen que cuando un paciente está decidiendo entre si repetir o no después de una primera sesión de terapia, lo hace fijándose en cuántos diplomas de posgrado ha contado en la pared de la consulta del psicólogo. O preguntando cuántos casos similares ha tratado en terapia con anterioridad.
Pero lo cierto es que, para bien o para mal, no existe un criterio tan “sistemático” que los clientes y pacientes usen para evaluar esa primera toma de contacto con el psicoterapeuta. De hecho, saber cómo presentarte a un nuevo paciente en psicoterapia supone partir de la idea de que el paciente suele estar confundido y desorientado en esa primera fase de la comunicación con el profesional… Y esto significa que no confiará plenamente en un “sistema” racional para valorar si un psicólogo encaja en lo que está buscando o no.
Dar una buena primera impresión es fundamental
Entonces… ¿En qué se fijará para evaluar la idoneidad del terapeuta? Básicamente, en aspectos de la interacción basados en la intuición y la conexión empática. Lo que investigadores como Daniel Kahneman llaman el Sistema 1 del pensamiento humano, caracterizado por ser rápido e irracional.
Ojo, esto no significa que esta manera de evaluar a un psicólogo en la primera sesión de terapia sea totalmente erróneo y defectuoso. Dentro de sus limitaciones, el Sistema 1 obedece a una lógica. En este caso, la postura del paciente es más o menos así: “ya que no tengo recursos para decidir de manera racional si este profesional me conviene, me fijaré en lo que seguro que me influye: si me parece agradable nivel personal”.
Y esto tiene sentido, porque la experiencia subjetiva es clave en contextos como el de la psicoterapia. De hecho, se refleja en aspectos objetivables del paciente, como la predisposición a explicar de manera honesta y directa los problemas que le han llevado a buscar ayuda profesional.
En resumen, aprender las claves sobre cómo presentarte a un nuevo paciente en psicoterapia significa saber que en la mayoría de los casos esa persona está tan perdida o más que el profesional, y que por ello se limitará a usar estrategias relativamente conservadoras y “de mínimos” para estimar la idoneidad de ese psicólogo. Como consecuencia, la primera impresión cuenta mucho, así como las sensaciones que le transmite nuestra consulta de psicología (ya sea en la modalidad presencial o mediante videollamada).
Teniendo eso en cuenta, aquí te daremos consejos para que sepas responder a la pregunta de “¿cómo presentarme a un paciente en la primera sesión de terapia?”. Y por cierto, recuerda que en Psicoemprendedores te podremos asesorar sobre este y otros temas relacionados con el marketing para psicólogos. Si te interesa saber más, contáctanos.
Cómo presentarte a un nuevo paciente de psicoterapia (con ejemplos)
Sigue estos pasos para conectar con tus pacientes de psicoterapia a partir de una buena primera impresión. Estos tienen en cuenta los elementos irracionales y los elementos racionales de esta toma de contacto inicial.
1. No descuides el contexto de la terapia y diseña un lugar que te represente
Recuerda que el lugar en el que recibes al paciente aporta información relevante acerca de cómo eres como terapeuta y qué atmosfera buscas generar en tus sesiones. Por eso, intenta que tu consulta sea un lugar acogedor… Y que conecte con los valores de tu marca, tanto a nivel ético como a nivel estético.
Pequeños detalles como ofrecerle una silla cómoda y acolchada o una barata e incómoda por ser angulosa expresan hasta qué punto te interesa conectar de verdad con tus pacientes o simplemente buscas ir “produciendo en cadena” sesiones de psicoterapia como si fueses una fábrica.
En caso de que estés ofreciendo terapia online, intenta igualmente mostrar buena parte de tu consulta haciendo que quede como un fondo acogedor a tus espaldas; evita el uso de filtros virtuales o de cromas.
2. Recibe al paciente con una sonrisa y llamándolo por su nombre
Lo recomendable es que, desde el primer segundo, des la bienvenida al paciente con una sonrisa y estableciendo contacto visual. Está demostrado que algo tan sencillo como esto contribuye a hacer que las personas se sientan mejor recibidas y dejen de estar tan a la defensiva frente a alguien a quien no conocen.
Además, si las llamas por su nombre, demostrarás que te has tomado la molestia de informarte mínimamente sobre quiénes son… Y, potencialmente, también has refrescado tu memoria sobre cuál es su motivo de consulta (es decir, su manera de resumir su problema mediante un email o por teléfono).
También puedes añadir un breve comentario que demuestre que valoras positivamente que haya acudido a ti, aunque solo sea un “bienvenido”. Aunque esto es más opcional, y dependerá de si el resto de tu presentación es más bien larga o no. Cuanto más breve sea, menos riesgo de aburrir esa persona a la que recibes..
Ejemplo de esa primera frase para presentarte a un paciente: “Hola, Luis; soy Marta Pérez, gracias por llegar tan puntual”.
3. Explica en primer lugar tu categoría profesional y especialización
Después de decir cómo te llamas, di qué tipo de profesional eres. Esto significa decir que eres psicólogo o psicóloga (nunca está de más confirmarlo cara a cara para descartar preocupaciones y dudas al respecto). Y, a continuación, decir en qué casos te especializas.
Por ejemplo: “Soy psicóloga colegiada especializada en Psicología Clínica para adultos”.
Esta es la información más relevante, ya que ayuda a ubicarte en el amplio espectro de los psicoterapeutas y ya desde los primeros segundos demuestras a tus pacientes que no están perdiendo el tiempo acudiendo a ti (lo cual es el temor a más corto plazo que tienen muchos de ellos).
Por cierto, es importante que, cuando hables acerca de tus especializaciones, lo hagas de verdad. No vale enumerar un listado largo de problemas que abordas en terapia. Esto hará que el paciente tenga la impresión de que eres especialista en todo y en nada a la vez. Te interesa dar motivos para que piense que encajas en lo que está buscando específicamente.
4. Expresa el valor de lo que ofreces en terapia
Es momento de pasar de la teoría a la práctica. Qué significa, en la práctica, que eres psicoterapeuta con especialización en trastornos de ansiedad, por ejemplo. Una vez te has ubicado bajo una serie de categorías abstractas, debes hablar explícitamente sobre los beneficios que aportas mediante la psicoterapia. Y recuerda que una de las claves sobre cómo presentarte a un nuevo paciente en psicoterapia está en la brevedad, o sea que debes seleccionar lo más importante.
Por ejemplo: ayudo a las personas en edad adulta a superar sus miedos patológicos y mediante una intervención de menos de tres meses.
5. Menciona tu metodología de trabajo
Esta es la parte menos importante de tu manera de presentarte como psicoterapeuta, porque la mayoría de pacientes no entienden ni le dan valor a esta información; por eso la dejaremos para el final. Básicamente, debes aclarar cuál es tu orientación metodológica. Por si acaso esa persona quiere confirmar que trabajas de una manera que le interesa especialmente, o que otros le han recomendado.
Ejemplo: “Trabajo a partir de la terapia cognitivo-conductual y del Análisis de Conducta Aplicada”.
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Referencias bibliográficas:
- Forgas, J.P. (2011). She just doesn’t look like a philosopher…? Affective influence on the halo effect in impression formation. European Journal of Social Psychology. 41 (7): pp. 812 – 817.
- Mortensen, C.D. (2008). Communication theory. Nueva York: Routledge.
- Trenholm, S.; Jensen, A. (2013). Interpersonal Communication Seventh Edition. Nueva York: Oxford University Press.
